lunes, 28 de enero de 2013

Somos las sombras.


Somos las sombras. Las sobras. La letra chica de los finales felices. La putrefacción de los ideales más altruistas. La cocaína de las más inocentes aspiraciones. Somos el cargo de conciencia y la reincidencia.
Somos el buscarnos fuertes y el abandonarnos débiles unos a otros. Somos lo que emerge cuando no podemos mantener el personaje. Somos la soledad, y la infravaloración de ella. Somos las promesas que ayudamos a romper. La moraleja no aprendida de los cuentos infantiles.
Somos la diletancia. La procrastinación. Somos las palabras de moda.
Somos el bloguear, el googlear, el twittear, el facebookear, el youtubear. Somos los verbos que nos inventamos.
Somos lo solidarios que creemos ser y lo egoístas que somos. La eyaculación precoz de la espiritualidad. Somos el asco y la intolerancia cuando no podemos reprimirlos. Las piedras sobrantes de una sobrevalorada escultura ética.
Salimos a la calle a buscar lo que no somos, lo que no podemos ser.
Nos apegamos a lo que quiera irse aunque quisiéramos que se vaya.
El dolor termina determinando lo que somos.
Por eso somos las sombras.-