domingo, 19 de julio de 2020

Canciones desde el Búnker: De perdidos al río, con Ratola

De perdidos al río es una expresión española que afirma que una vez empezada una acción hay que aceptar todas las consecuencias y llevarla a cabo. Y quizás venga de las guerras, donde la solución ante un asedio enemigo podía ser saltar al agua. A mí me gusta pensar en Thelma & Louise al borde del precipicio acorraladas por la policía, mirándose sonriendo y pisando el acelerador hacia el vacío.

Una vez vi un flyer que decía “Noche de Solistas en Club Plaza Italia”, y pensando que era en Palermo le escribí a quien lo posteó para anotarme a la siguiente. Apenas conocía a Augusto, pero había sacado mi primer disco solista y quería tocar. Luego recordé que me había dicho que era de Campana, pero igual me gustaba la idea de escaparme de Capital, compartir con otros músicos, y conocer nuevos ríos donde saltar.

Poco después me escribió para invitarme. Viajé los 80km con mi amigo Paulo de copiloto. Llegamos al Club Plaza Italia, uno de esos clubes de barrio quedados en el tiempo, con un barcito, una cancha de fútbol 5 y poco más. Estaba completamente vacío. Sólo el mozo y un hombre bebiendo en la barra. No había escenario, equipos, nada. Calculo que vendrán, me dijo el mozo.

Pedimos algo de tomar y esperamos. Llegaron en manada un rato después. Movimos heladeras viejas, barrimos todo, prendimos sahumerios contra el olor a humedad y pusimos luces, equipos e instrumentos. De repente el Club Plaza Italia era un lugar cálido. Un rato después se llenó de gente. Lo que siguió en esa 6° Noche de Solistas del 18 de octubre de 2013 fue una comunión de público, músicxs, cantautorxs, amigxs, primxs, vecinxs… una fiesta hermosa llena de amor y buena onda que inició mi relación con Campana, que con el tiempo se convirtió en uno de mis lugares preferidos por los hermanos de la vida que me regaló y las noches que amanecí cantando.

Uno de los que organizó esa noche fue mi querido Ratola. De ahí en más nos subimos a muchísimos escenarios juntos, grabamos videos, hicimos asados, jugamos al fútbol, me llevó a ver a Dálmine y saltamos de un montón de precipicios.

Porque un salto al vacío a veces nos viene genial. Y a veces incluso mejor. 





#CancionesDesdeElBunker #RodrigoSoler #Ratola 


sábado, 11 de julio de 2020

Canciones desde el Bunker: Merecido.

La primera vez que entré a mi casa de Lavapiés –uno de mis dos barrios favoritos de Madrid junto con Malasaña-, los antiguos ocupantes estaban en el salón peinando rayas de ketamina un martes a las 11 de la mañana. Eran unos punkies de cresta y camperas con tachas muy divertidos. La casa estaba infestada de cucarachas y era un cuarto piso por escalera pero yo me estaba separando de Vanesa y mi amigo Kike generosamente me ofreció la habitación que se liberaba en su casa así que la alquilé. Los punkies se iban, pero se quedaron un tiempo durmiendo en el comedor con unos biombos a modo de pared. Éramos nosotros cuatro y su perro. Uno de ellos me contó que su táctica para no bañarse más era superar la primera semana, que después tu cuerpo se acostumbra al olor y ya no lo sentís. La casa quedaba en Ave María 39, arriba de un local de kebabs y de una taberna, a pocos metros de la plaza. Tardamos semanas en eliminar las cucarachas.
Vanesa se había mudado a la vuelta. Su balcón daba a la calle San Carlos, esquina con calle del Olivar, encima de una peluquería. Una vez estaba ayudándola a bajar unos muebles y el colchón del que habla la letra y como tardábamos mucho en subirlos a una camioneta, del patrullero que había parado atrás salieron dos policías municipales, que con un amable “aquí no bloqueamos las calles y si no te gusta te vas a tu puto país a hacer mudanzas” me dieron a entender que su paciencia y los acentos extranjeros no eran compatibles. Esta canción, aunque no deja de ser de desamor, de dolor y de despecho, es también una autocrítica, una confesión, y una catarsis. Todxs queremos lo que no tenemos. Todxs hacemos lo que no íbamos a hacer. Todxs nos lo merecimos alguna vez.
El colgante Christian Dior después fue Calvin Klein, pero seguía significando lo mismo. El muñeco de la portada de este video lo hice yo. En esa época se me dio por hacer muñecos. El gato que perdí en la separación de bienes en realidad es una gata y se llama Frida.

jueves, 2 de julio de 2020

Canciones desde el Bunker: Cambiar o volver (perdimos)

¡NUEVO PROYECTOOO! Les presento “Canciones desde el búnker”. Voy a ir grabando temas propios y ajenos, incluso algunos instrumentales, pero además escribiré algo sobre cada canción que publique. Mi búnker está en mi casa, pero no sólo en esta pandemia. Es el lugar donde me refugio, donde escribo, estudio, compongo, me reinvento. Todxs tenemos un búnker, que puede ser un lugar, un objeto, un recuerdo, una persona. Está bien tener un búnker. Si es grande y entran amigues, mejor aún. Ya vendrán a cantar cuando el mundo vuelva a ser mundo. Mientras tanto grabaré algunas solo. Ahí vamos:
Cambiar o volver (perdimos). No suelo recordar la fecha en que escribo una canción, en general una idea surge en un momento pero sigo completándola y puliéndola más tarde u otros días. A veces quedan abandonadas hasta que me las vuelvo a cruzar o hasta que regresan de repente a mi cabeza. A veces las trae de vuelta una persona, una palabra, un olor, una ciudad, una película. Hubo una época hace muchos años –cuando aún escribía a mano las letras y arrastraba cuadernos y lápices a cada lado al que iba- en que anotaba la fecha y hasta el lugar, pero en algún momento dejó de importarme y dejé de hacerlo. Sin embargo sí recuerdo que escribí esta canción un 31 de diciembre a la noche, cuando ya era 1° de enero y los planes que tenía esa noche para ir a una fiesta en Tigre con Paulina se cayeron. Había cenado con mi familia en mi casa, todo terminó poco después de las 12 y la gente ya se había ido. Agarré la guitarra y compuse gran parte de la letra y la melodía. Habla de nuestras incoherencias, de perder cosas y gente por querer lo que consideramos “todo”, e incluso al conseguir ese todo, descuidarlo hasta perderlo por querer más, aunque no sepamos exactamente qué es ese más. Habla de esas dudas que nos agobian cuando vemos que nuestra relación con alguien agoniza y no sabemos si intentar salvarla o cerrar ese capítulo y empezar un libro nuevo. La vida son etapas, a veces decidimos nosotros cuándo cambiamos de una a otra, a veces decide la vida por nosotros y no nos queda otra que reinventarnos y seguir.

#CancionesDesdeElBunker