miércoles, 16 de noviembre de 2022

ESTE VIERNES NUEVO #CancionesDesdeElBunker con mi hermano David Bonilla, filmado entre Ecuador y Argentina!

El primer día que nos juntamos en Quito con David, yo había llevado una estrofa escrita y varias ideas por la mitad. Con Sol habíamos decidido hablar del miedo, pero del miedo como resistencia, como herramienta, como desafío: Ir hacia nuestros más grandes temores porque allí reside nuestra única esperanza.

David probó una armonía y yo iba inventando melodías arriba con esa estrofa que llevé, hasta que encontramos lo que queríamos. Luego me senté al piano y probé una parte B a modo de estribillo, él le agregó algún acorde y dejamos eso medio bocetado. Sol no había podido venir y luego se iba de viaje, así que lo encaramos entre él y yo.

Días después me fui a Cuenca a ver patinar a Valentina. Paseamos con Romina por la Plaza de las Flores y en el centro de artesanos encontramos esta figura del Aya Huma, un ser mitológico de las leyendas indígenas de Ecuador, un espíritu guerrero que tiene la energía infinita de las montañas y ahuyenta a los demonios de las cosechas. Cuenca estaba tan linda como la recordaba. Fuimos a jugar al bowling y a comer a lo de Fabián. Valentina ganó la medalla de plata.

Volvimos en auto por una carretera de montaña que iba serpenteando por la ladera mientras atravesaba varias veces las nubes. Luis manejaba. Romi cebaba mate. Jugábamos a casa o árbol para divertir a Valentina. En algunos momentos de silencio seguí escribiendo la letra.

Nos volvimos a juntar con David, terminamos de armar la canción, la pasamos dos veces y no sólo la grabó sino que después como no tenía manera de hacerle escuchar la base, improvisó los solos escuchando sólo el metrónomo. Cuando terminamos cocinó pasta y nos fuimos a tomar café por la González Suárez.

Me da mucha alegría haber podido hacer esta canción y este video con él, y celebro su talento para armarlo a contrarreloj porque ese mediodía en su casa era el único momento en que coincidíamos antes de que me suba al avión que después de hacer escalas en Guayaquil y Santiago de Chile me traería de vuelta a Buenos Aires.



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